JOSÉ ROLÓN (1876-1945)

Cuarteto para violín, viola, violonchelo y piano

  • Allegro molto con brio
  • Adagio
  • Molto vivace
  • Allegro giocoso vivace

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La música del jalisciense José Rolón es uno de los más claros ejemplos de un nacionalismo decantado por una elegancia netamente europea y matizada por su  férrea afiliación a la música folklórica de México.

Rolón vio la primera luz en Zapotlán el Grande (hoy Ciudad Guzmán), Jalisco. Su padre, Feliciano, ostentó una gran educación  y por ello alentó desde pequeño a su hijo en la disciplina musical que combinó con sus tareas en la casa familiar, dedicada al trabajo del campo y la administración de tierras. Después del arduo trabajo diario en El Recreo (el rancho de su propiedad), don Feliciano ocupaba las noches en tocar el piano a cuatro manos con su hijo. Su madre, Eduviges Alcaráz, también tocaba el arpa y participó de tan singulares tertulias. Su primera instrucción musical la obtuvo del profesor Arnulfo Cárdenas quien no sólo lo guio en el conocimiento pianístico sino también del gran repertorio clásico y romántico europeo.

La temprana experiencia profesional de Rolón le permitió ser llamado por un hacendado de Zapotlán, Víctor Villalvazo, quien organizó funciones de zarzuela y le pidió a José que trabajara con los cantantes. Aunque un día tuvo que entrar de director concertador de último minuto y la noticia se hizo escuchar por todo Jalisco. Dicho señor Villalvazo se convirtió poco después en su suegro, pues José contrajo nupcias con su hija: Mercedes. Con tan sólo 20 años de edad, José debió hacerse cargo de la administración de las tierras de la familia a consecuencia de la enfermedad de su padre. Después del fallecimiento de su padre Rolón también perdió a su esposa Mercedes al nacer su segunda hija. El momento de decidir qué hacer con su vida llegó –quizá- de la manera más cruel. Pero la vida le deparaba buenos augurios al joven músico: su padrino era el dueño del Banco de Jalisco y al visitarlo para darle sus condolencias le ofreció inmediatamente varias soluciones: que aceptara la gerencia del banco o bien que vendiera todas sus propiedades y con esa inversión partiera a Europa para continuar sus estudios musicales. Así fue como sus hijas quedaron al cuidado de la familia Villalvazo y José partió a París en el año 1900.

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José Rolón al piano (ca. 1915)

Ese giro en su vida le permitió estudiar piano de forma privada con Moritz Moszkowski (1854-1925), se inscribió en el Conservatorio de París y, paralelamente, siguió estudios de filosofía. Después de unos seis años Rolón se convirtió en asistente de Moszkowski y de tal suerte conoció a la segunda mujer de su vida: Eugènie Belard, pianista, doctora en lenguas extranjeras, una mujer virtuosa en todos los aspectos. El flechazo fue instantáneo, y Eugènie (apodada cariñosamente como Mimí) y José comenzaron a viajar por Europa y disfrutar de una vida ciertamente sibarita.

No todo podría ser dulzura: poco después falleció la segunda hija de Rolón y sintió que su obligación era regresar a su patria con la hija que le sobrevivía (María Luisa). Así, tuvo que separarse de “Mimí” y José Rolón, con 29 años de edad, volvió a Jalisco para iniciar una importante etapa en su vida profesional. Su actividad se centró, en cuerpo y alma, a la difusión musical en la capital jalisciense. El primer gran logro en esa labor fue la fundación de la Academia Rolón, que abrió sus puertas gracias a sus oficios y con el apoyo de músicos como Benigno de la Torre (1856-1912), José Godínez y Félix Bernardelli (1866-1905); dicha Academia se transformó en la Escuela Normal de Música de Guadalajara en 1916 y los alumnos que iban egresando nutrieron un nuevo conjunto orquestal: la Sinfónica de Guadalajara (hoy Filarmónica de Jalisco).

Aparentemente muchos de los puntos culminantes en la juventud de Rolón están marcados por las desgracias. Encontrándose en una época tan significativa en su vida (y, definitivamente, de la historia artística de Jalisco), llegó la tercera mujer de su vida: Leonor Rivera. Con la rapidez con la que se enamoró de ella sufrió su pérdida a causa de la lepra. Con esa decepción a cuestas Rolón se concentró en su carrera y compuso las primeras (e importantes) partituras de su catálogo: Bosquejos para piano (1908), Cinc Petits Morceaux (1910), Cinco piezas para piano (1911) y su Cuarteto con piano (1912).

El rescate de este Cuarteto con piano nos permite imbuirnos en las preferencias estéticas de un (aún) joven José Rolón, quien en su primera estancia en París probablemente entró en contacto con las músicas que por ese entonces se estrenaron en aquella ciudad, además de la benéfica convivencia con su maestro –Moszkowski- y con un entorno artístico en el que confluían personalidades locales como Maurice Ravel (1875-1937), Claude Debussy (1862-1918), Erik Satie (1866-1925), Paul Dukas (1865-1935), Charles-Marie Widor (1844-1937), Albert Roussel (1869-1937) y (entre los extranjeros) Igor Stravinsky (1882-1971), por sólo nombrar unos cuantos. Así pues, al escuchar este Cuarteto con piano de José Rolón nos remitimos inmediatamente a un post-romanticismo europeo agonizante, convertido en un lenguaje de gran inventiva, muy personal, con dejos de modernismo, y que pareciera el resultado lógico del Trío o el Cuarteto de Debussy, el Concierto de Ernest Chausson (1855-1899) o la Introducción y allegro y el Trío de Ravel.

Por ello, no es fortuito el comentario que hizo el musicólogo y compositor español Adolfo Salazar (1890-1958) en una reseña: “Así como (…) Ravel es moderno y francés, Rolón es moderno y mexicano.”

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

Descarga disponible:

MÚSICA

Versión: Cuarteto Aurora. Vera Koulkova, violín; Madalina Nicolescu, viola; Sona Poshotyan, violonchelo; Camelia Goila, piano.

P.D.- Esta es la primera grabación mundial del Cuarteto con piano de Rolón, contenida en el primer disco compacto del Cuarteto Aurora. Si desean comprar todo el álbum accedan a iTunes Store

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