NINO ROTA

Nació en Milán, Italia, el 3 de diciembre de 1911.

Murió en Roma, Italia, el 10 de abril de 1979.

Música para La Strada

Música para la trilogía de El padrino

NINO ROTA

Nino Rota se inició en el mundo de la composición siendo muy joven bajo la guía de Ildebrando Pizzetti (1880-1968) y Giacomo Orefice (1865-1922), de quienes sin duda derivó su amor por la escritura clara, evocadora, tanto instrumental como vocal por con rasgos netamente italianos. Rota demostró una musicalidad madura casi desde sus inicios como compositor. En 1922, con solo once años, compuso el oratorio L’infanzia di San Giovanni Battista (La infancia de San Juan Bautista) para solistas, coro y orquesta, cuyas interpretaciones fueron recibidas con entusiasmo tanto en Italia como en Francia.

Ingresó al Conservatorio de Milán y al mismo tiempo estudió en privado con Alfredo Casella (1883-1947); en 1930 recibió un diploma de la Academia de Santa Cecilia en Roma. Ese mismo año viajó a los Estados Unidos llevando en su maleta un oratorio, la ópera Il Principe Porcaro (1926), basada en Hans Christian Andersen (1805-1875) y un puñado de obras de cámara; así ingresó al Instituto Curtis de Música de Filadelfia gozando con una beca de estudios.

Allí trabajó con Fritz Reiner (1888-1963), aprovechando sus fines de semana para hacer frecuentes visitas al apartamento de Arturo Toscanini (1867-1957) en Nueva York. Aquí tuvo la oportunidad de mezclarse con muchos músicos ilustres, incluidos Samuel Barber (1910-1981), Aaron Copland (1900-1990) y, quizá el más importante de todos, Ralph Vaughan Williams (1872-1958). En efecto: la influencia del inglés Vaughan Williams se hizo evidente en el arte de la orquestación y el gusto por los paisajes musicales llevados a los extremos. A su regreso a Italia, Rota estudió la licenciatura en literatura y se graduó con una tesis sobre el teórico y compositor del siglo XVI Gioseffo Zarlino (1517-1590), el codificador de la octava de doce notas y de la tonalidad moderna basada en escalas mayores y menores, antes de convertirse en un profesor de armonía y composición, primero en Tarento en 1937 y posteriormente en Bari hacia 1939.

Su sorprendente producción musical para la industria cinematográfica comenzó aproximadamente al mismo tiempo, en 1933, con la banda sonora de Treno popolare de Raffaello Matarazzo (1909-1966). A esto le siguió una serie de proyectos que lo vieron colaborar con casi todos los grandes directores del siglo XX como Luchino Visconti (1906-1976), Federico Fellini (1920-1993), Franco Zeffirelli (1923-2019), y Francis Ford Coppola (n. 1939), entre muchos otros. Su trabajo cinematográfico le valió un premio Óscar por la cinta El padrino – Parte 2 en 1974 y casi sin parar hasta poco antes del final de su vida. De hecho, la partitura para la película Huracán de Jan Troell (n. 1931) la concluyó unos meses antes de su muerte en 1979.

GIULIETTA MASINA EN «LA STRADA»

La Strada (La calle), película de 1954, es la tercera colaboración importante entre Rota y Fellini después de cintas como Lo sceicco bianco e I vitelloni. Los temas musicales los escribió Rota después del rodaje de la cinta, para sustituir la música que había elegido Fellini originalmente como una guía durante la filmación. Dicha música era de Arcangelo Corelli (1653-1713): su muy famosa Sonata para violín y bajo continuo sobre La Folia, algo totalmente ajeno a la historia de Gelsomina y Zampanó, los humildes personajes de clase baja de la Italia de la posguerra.

En palabras de Francesco Lombardi, uno de los analistas más destacados de la obra de Rota, la partitura para La Strada “es un resumen de la colaboración musical entre Fellini y Rota, y en un sentido más general del período dorado que vivió el cine italiano en los años cincuenta y principios de los sesenta, en el que la música de Rota tuvo un papel preponderante.”

De muchos de los momentos célebres en esta música podemos contar la música que acompaña a la troupe de cirqueros de la que es parte Zampanó y el delicado e inocente retrato musical de Gelsomina, la dulce muchacha que fue vendida por su madre a Zampanó, y que es escuchado en un solo de trompeta.

La Strada contó con las actuaciones de Giulietta Masina (1921-1994) como Gelsomina, Anthony Quinn (1915-2001) en el papel de Zampanó, y Richard Basehart (1914-1984) encarnó a “el loco”. Dicha cinta se hizo acreedora a un Premio Óscar como Mejor Película Extranjera en 1956.

MARLON BRANDO EN «EL PADRINO»

La saga de tres partes de El padrino de Francis Ford Coppola, cuyas entregas fueron estrenadas en 1972, 1974 y 1990, respectivamente, constituye uno de los mayores logros artísticos y éxitos financieros en la historia del cine de Hollywood. La trilogía de Coppola ofrece una mirada sensible y detallada a todo un segmento de la vida estadounidense frente a la diáspora italiana al retratar dos culturas concurrentes a lo largo de la mayor parte del siglo XX.

A través de observaciones analíticas sobre la forma y el significado de los logros de Coppola y Rota, es interesante observar cómo un cineasta y un compositor trabajaron para revisar las convenciones de la película criminal estadounidense considerando la era de Vietnam al tiempo que ofrece una crítica del capitalismo representado por el inframundo criminal, su violencia inherente y la lucha que ocurre entre los poderosos funcionarios hollywoodenses sobre la realización de la película. En última instancia, los elementos de esta obra artística se suman considerablemente al impacto y al estilo cinematográfico de la visión épica de Coppola de una dinastía criminal italoamericana.

La trilogía de El padrino dura un total de 545 minutos que consta de 76 historias que abarcan toda la gama del género literario, desde la mitología clásica hasta la moderna, que revisan una gran cantidad de tipologías cinematográficas familiares, como las primeras imágenes de gánsteres, el cine negro y la épica espectacular. Esta trilogía está exuberantemente realzada por una banda sonora que se extiende a lo largo de tres horas: Rota compuso las partituras originales para las Partes I y II, mientras que el padre de Coppola, Carmine (1910-1991), escribió la música incidental y la partitura original de la Parte III. Aunque Rota y Carmine Coppola compartieron un Óscar por la Parte II (por Mejor partitura original), no pueden (ni deben) ser considerados como coautores de la banda sonora de la Trilogía en la medida en que las diferencias estilísticas y cualitativas que marcan las obras de los dos compositores son demasiado dispares para justifica una comparación.

Los motivos de cada uno de los autores fueron «subrayar» los conceptos de “Italianidad” (para Rota) e “Italianicidad” (en el caso de Coppola), un cuasi leitmotiv que es aparente no sólo en meros términos musicales sino también psicológicos.

En el caso específico del muy famoso Tema de amor de la Parte I de El padrino, Rota añadió una nota explicativa a la partitura que manifiesta, mejor que cualquier análisis, el espíritu y el sentimiento detrás de esta música: Escena de amor ‘motivo como en una ópera o romance siciliano’ – ‘el sonido de mandolinas y guitarras tocando afuera’.

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

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SELECCIONES DE LA MÚSICA PARA «LA STRADA»

SELECCIONES DE LA MÚSICA PARA «EL PADRINO»

Versión: Orquesta Filarmónica de La Scala (Milán). Riccardo Muti, director.