Nació en Litomyšl, Bohemia, el 2 de marzo de 1824
Murió en Praga, Bohemia, el 12 de mayo de 1884
Vltava (El Moldava). Poema sinfónico del ciclo Mi patria
Instrumentación: 2 flautas, 1 pícolo, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, 4 cornos, 2 trompetas, 3 trombones, 1 tuba, timbales, 3 percusionistas, 1 arpa y cuerdas.
Duración aproximada: 12 minutos.
Bedřich Smetana fue el pionero en Bohemia en llevar a la música de concierto los sabores, acentos, ritmos y colores propios de la región, y estuvo a la cabeza de toda una escuela de composición, en la que se incluye a Antonín Dvořák (1841-1904), cuyos seguidores trabajaban en pos de un idioma original, como quizá nunca había ocurrido en la música de concierto.
Nació en Litomyšl, una provincia de Bohemia dominada política, cultural y lingüísticamente por el gigantesco Imperio Austriaco. Fue el onceavo hijo de una familia dedicada a la cervecería y desde niño mostró grandes dotes musicales, en el piano, el violín y la composición; así, sus primeras partituras las concibió cuando tenía nueve años de edad. Para su fortuna, su padre era un buen violinista amateur, aunque era cervecero profesional – al servicio de la añeja familia bohemia de los Wallenstein (también conocida como Waldstein) y otros miembros de la nobleza-, y eso ayudó al joven Bedřich en sus primeros estudios musicales. Pero durante algún tiempo, siendo adolescente, no tuvo mayor instrucción artística por lo que le pidió a su padre que le permitiera viajar a Praga para continuar su preparación.
Bedřich fue enviado a Pilsen para vivir con uno de sus tíos y así proseguir sus estudios. En sus primeras visitas a Praga (hacia 1840) pudo escuchar a Franz Liszt (1811-1886) y ello lo animo a establecer su residencia en aquella ciudad tres años más tarde, con la finalidad de convertirse en un músico independiente. De alguna forma lo consiguió, y también se dedicó a ser profesor de teoría musical y de piano en la casa del Conde Leopold von Thun (1811-1888), a quien sirvió hasta 1848. Fue entonces que decidió fundar una escuela musical, en tiempos en que los nacionalismos comenzaban a exacerbarse en la región y que propició un gran movimiento revolucionario en el cual Smetana participó de forma activa. Y gracias a que los sentimientos nacionalistas estaban tan expuestos, comenzó a escribir música con fines patrióticos, como varias Marchas dedicadas a la Guardia Nacional Checa y la Canción de la libertad (1848) para coro masculino y piano. En 1849 se convirtió en maestro de música y de piano del Emperador Fernando V (1793-1875) quien era conocido por tener serios problemas mentales y por lo cual tuvo que abdicar a nombre del entonces joven Francisco José I (1830-1916). Fue en aquel tiempo que contrajo nupcias con Kateřina Kolářová (1827-1859), quien había sido su amiga desde la adolescencia, y con quien procreó dos hijas que desafortunadamente murieron de tuberculosis (Gabriela, la menor, en 1854) y de fiebre escarlatina (Bedřišhka, la primogénita, al año siguiente); a su memoria, Smetana escribió su Trío con piano en sol menor.
Después de dichos acontecimientos, y con la creciente inestabilidad política en Praga, Smetana decidió partir a Suecia, donde la ciudad de Gotemburgo lo aguardaba con jugosos ofrecimientos profesionales y fue contratado por la Sociedad Filarmónica de aquella ciudad donde, después de su arduo trabajo, decidió regresar a su patria, justo en el momento político y social más importante de su historia y donde encabezó el movimiento nacionalista en franco ascenso gracias a la composición de música orquestal que enarbolaba los preceptos nacionalistas de manera genial. Dos años después de la independencia de Bohemia del yugo austriaco, fue que se abrieron las puertas del Teatro Nacional que se dedicaría a montar obras teatrales de autores locales además de óperas. Para ese Teatro fue que Smetana escribió su primera gran ópera, Los brandenburgueses en Bohemia, que es una representación de la sublevación de los bohemios ante el acoso de los teutones (por supuesto, Richard Wagner [1813-1883] aparece casi ridiculizado en dicha ópera). Posteriormente, y gracias a los estrenos de sus óperas La novia vendida (su obra maestra, de 1866), Dalibor (1867) y Libusa (1872), Smetana alcanzó el máximo reconocimiento del público y como el héroe definitivo en los escenarios operísticos de la región.
Sin embargo, aunque el fuerte de Smetana eran las óperas, también se caracterizó por ser un brillante orquestador y poseedor de una sensible pluma en la escritura pianística. Prueba de lo anterior son sus Danzas bohemias para piano, y en el caso de las piezas orquestales basta citar el gran y magnífico ciclo de “seis poemas sinfónicos nacionales” que intituló Mi patria. Concebido entre 1874 y 1879, los nombres de los poemas sinfónicos contenidos en este ciclo sinfónico son: Vyšehrad, Vltava (o El Moldava), Šárka, De los campos y bosques de Bohemia, Tábor y Blaník.
Estos poemas sinfónicos son vivas pinturas sonoras de aspectos de la vida bohemia así como de su paisaje. El segundo poema sinfónico que compone a esta serie es Vltava, que en lengua germana se traduce como Moldau y en español Moldava. Smetana lo compuso en 1874 y es quizá el más popular de los seis poemas que conforman de Mi patria. Esta música es un retrato sonoro del río Vltava (Moldava) que nace en los bosques del sur de lo que hoy se conoce como República Checa, y pasa por Praga para unirse al río Elba. En la partitura de El Moldava aparece la siguiente descripción que el propio autor escribió:
“Dos ligeras vertientes de agua se unen a la sombra del bosque bohemio, una cálida y la otra fría y tranquila. Sus olas, que bañan con delicadeza la cama de piedras del río, se unen con fuerza y brillan al sol. Así se forma el río Moldava que, al pasar por las tierras bohemias, se va haciendo cada vez más grande y poderoso. Fluye por el bosque animado por los sonidos de los cuernos que soplan unos cazadores preparados para su tarea y que se escuchan cada vez más cerca. De pronto, el río fluye junto a una localidad donde se celebra una boda de campesinos con canciones y danzas. Al atardecer, se refleja sobre el Moldava la imagen de un antiguo castillo medieval que se desvanece al llegar los rápidos de San Juan, donde el viento se conjuga con las aguas del río para formar impresionantes cataratas que poco a poco van retomando la placidez para acercarse a la ciudad de Praga donde el río es saludado por el legendario castillo de Vysehrad y se va ocultando ante los ojos del poeta en lontananza.”
El Moldava fue estrenado en Praga el 4 de abril de 1875 con la Orquesta del Teatro provisional de Praga bajo la dirección de Adolf Čech (1841-1903).
En el año en que compuso esta obra, Smetana comenzó a mostrar problemas auditivos, producto de una infección venérea que sufrió muchos años antes; en pocos meses él estaba completamente sordo. En los años posteriores se vio sumido en tremendas depresiones y serias dificultades económicas, aunque su ciclo Mi patria se había vuelto muy popular en Europa y su ópera La novia vendida era ya considerada como la gran ópera nacionalista de Bohemia. Sus problemas de salud continuaron, reportando a varios amigos síntomas de demencia que fueron confirmados por constantes alucinaciones, mareos, insomnios y afasia. Su carácter comenzó a tornarse violento por lo que sus amigos y familiares lo internaron en un manicomio en Praga, donde murió a consecuencia de la demencia senil en mayo de 1884. Tres días después se celebraron los servicios fúnebres de Smetana mientras en el Teatro Nacional de Praga se escuchó la ópera La novia vendida con el escenario revestido de un paño negro en señal de duelo. Así concluyó la vida de quien fue definido por el musicólogo Zdeněk Nejedlý (1878-1962) como “vocero, cantor y profeta de la nación checa”.
JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ
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Versión: Orquesta Filarmónica Checa. Jiří Bělohlávek, director.