GUSTAV HOLST (1874-1934)

Los planetas. Suite para gran orquesta, Op. 32

  • Marte, portador de la guerra
  • Venus, portador de la paz
  • Mercurio, el mensajero alado
  • Júpiter, portador de la alegría
  • Saturno, portador de la ancianidad
  • Urano, el mago
  • Neptuno, el místico

Gustav Theodor von Holst nació en Cheltenham, muy cerca de Gales, en Inglaterra, el 21 de septiembre de 1874. Gustav fue el primero de dos hijos de la pareja formada por Adolph von Holst (1846-1901) y Clara Cox Lediard (1841-1882).

La familia de Adolph von Holst era de origen sueco, mientras que los ascendentes maternos venían de España y de Irlanda. Ambos se dedicaron a la música e inspiraron desde muy niño a Gustav a que se dedicara al estudio de los sonidos ordenados. En realidad, el padre de Gustav quería que el muchacho fuera pianista. Pero desde temprana edad Gustav tuvo una salud muy débil. Para él, desde muy niño, era difícil subir una escalera sin fatigarse; sufría de una vista muy frágil y padecía de asma. Al estudiar el piano se le detectó neuritis, lo cual provocaba en el niño de casi ocho años severos dolores en sus manos. Aun así, y a que también estudió violín, Gustav no dejó de estudiar sus instrumentos y añorar ser aceptado en alguna escuela de música.

Primero accedió a la escuela de música local; después comenzó sus actividades como organista y director coral. Así, después de algunos intentos, fue admitido en el Royal College of Music de Londres. Cuando escuchó la música de Bach (1685-1750) y de Wagner (1813-1883) sintió un enamoramiento instantáneo.

Ya que la neuritis de su mano derecha le impedía continuar con sus estudios de piano, Holst comenzó a estudiar trombón, instrumento que lo acompañó el resto de su vida y con el cual destacó como trombón principal de la Compañía de ópera de Carl Rosa (1842-1889).

Cuando Holst tuvo unos 21 años de edad comenzó a interesarse en la filosofía hindú. Estudió sánscrito para poner en música los textos del Rig Veda y compuso una ópera basada en el Ramayana cuando tenía 25 años de edad.

En la primera década del siglo XX Gustav Holst se mostró como un artista lleno de intereses extra musicales. De alguna forma, su forma de vida era también muy recatada: no fumaba, no bebía alcohol y se volvió vegetariano desde muy joven.

Uno de los personajes que admiraba a Holst por sus intereses en la mitología, el misticismo y demás filiaciones exóticas fue Clifford Bax (1886-1962), hermano del compositor Arnold Bax (1883-1953). Ambos se conocieron en 1913 y Clifford motivó a Gustav a acercarse al estudio de la astrología, algo que él encontró muy sugerente desde un principio. Tanto se sumergió en el tema que llegó a interpretar sus propios horóscopos. El conocimiento del carácter astrológico de cada uno de los planetas, más que en sus connotaciones mitológicas, llevó a Holst a componer una Suite para gran orquesta desde el verano de 1914.

Quién iba a decir que precisamente cuando Holst se encontraba trabajando en la primera sección de su Suite Los planetas, el estallido de la Primera Guerra Mundial estaba a la vuelta de la esquina. Holst quizá no lo presentía, o lo sabía… pero un novelista Henry Williamson (1895-1977) llegó a decir que con la música de “Marte” en esta Suite, Holst sabía en lo más profundo de su alma lo que se avecinaba.

Así, al estallar la Primera Guerra Mundial con el asesinato en Sarajevo del Archiduque Francisco Fernando (1863-1914), heredero del Imperio Austro-húngaro, Gustav Theodor von Holst decidió quitarse el “von” de su apellido por el temor a ser confundido con un alemán.

Durante la concepción de la Suite orquestal Los planetas, Holst fue profesor de música para señoritas en el Colegio de San Pablo en Londres; algo que le ayudó durante la contienda armada a trabajar sin preocuparse demasiado por lo que ocurría en el campo de batalla.

La Suite Los planetas de Gustav Holst recibió su primera presentación ante 300 personas de público en una sesión privada el 29 de septiembre de 1918 bajo la batuta de Sir Adrian Boult (1889-1983).

Como se dijo al principio, Holst se basa en el simbolismo astrológico de cada uno de los planetas hasta entonces conocidos. Para los astrólogos antiguos los planetas representaban la voluntad de los dioses y su influencia directa en los asuntos humanos. Así pues, Holst propone con su música reflejar cómo cada uno de los planetas influye sobre el espíritu humano.

Holst

Gustav Holst

La Suite abre con Marte, que para los griegos está representado por Ares y para los hindús por Mangala. Marte es el Dios de la guerra y del derramamiento de sangre, asociado con la fuerza, el hijo de la Tierra. Marte está igualmente asociado a la virilidad, a la fuerza de la vida masculina. Es el planeta que rige a Aries, de cierta forma a Escorpión y a Capricornio y, en lo astronómico, orbita alrededor del Sol en 687 días.

Venus es, en la mitología romana, la Diosa del amor y la belleza. Es la regente de Tauro, libra y piscis. Se le asocia con los principios de la armonía, la belleza, el afecto y el equilibrio de las emociones. Para los griegos, Venus es Afrodita y para los hindús es Sukra. Astronómicamente, Venus orbita alrededor del Sol en 225 días. Está cubierto por una espesa capa de nubes, que ocultan su intensa actividad volcánica. Es por ello que su superficie nubosa, plácida, corresponde con las características de la Diosa del amor.

Holst inicia esta sección con un solo de corno que nos guía a un discurso en los instrumentos de aliento y con delicadas participaciones de la cuerda. Lo único percusivo que puede escucharse aquí es la celesta, que le proporciona un aire de tranquila ensoñación.

Mercurio es el mensajero alado, el heraldo de los Dioses, reconocido por su inteligencia y por su velocidad. Rige a los signos zodiacales de Géminis, Virgo y Acuario. Mercurio representa a la comunicación, el razonamiento y los patrones del pensamiento. Curiosamente, muchos periodistas, comunicólogos y locutores suelen ser de esos signos zodiacales gobernados por Mercurio.

Dentro de las deidades griegas Mercurio es representado por Hermes y para los hindús es Budha. Gira alrededor del Sol en la órbita más rápida entre los planetas: sólo tarda 88 días en dar la vuelta al Sol. A través de la música de Holst, este mensajero alado está presentado en un muy volátil scherzo, de texturas transparentes, fugaces, casi imperceptibles. La volatilidad del pensamiento humano cobra vida en sonidos.

Sagitario, Piscis y Cáncer son regidos por Júpiter, que en la mitología romana es el rey de los dioses al ser derrotado Saturno. Sus características están asociadas al crecimiento personal, la buena fortuna, la moral y la justicia. Júpiter aparece representado con un rayo, al igual que en la mitología griega en la personificación de Zeus. El planeta Júpiter tarda casi 12 años terrestres en dar una vuelta al sol. Holst nos presenta a Júpiter como el portador de la alegría. Es una sección muy chispeante, de gran opulencia orquestal; en su sección central Holst rinde un homenaje a su afecto por la música popular inglesa al insertar el noble himno I Vow To Thee My Country (Te prometo mi País), cuyo sentimiento está pleno de jovialidad.

Saturno es el planeta regente de Capricornio, Acuario y Libra. La mitología Romana nos indica que Saturno es el Dios de la Agricultura. El planeta tarda casi 30 años terrestres en concluir una vuelta completa al Sol. Todos conocemos imágenes de Saturno con sus gigantescos anillos formados de gases y meteoritos. Así, el Planeta está rodeado, delimitado por dichos anillos. Es curioso ver cómo en la Astrología al planeta Saturno se le asocia con la ambición, las reglas y limitaciones; pero igualmente gobierna los estados depresivos y nostálgicos. En el caso de la música de Holst encontramos una sección de contornos oscuros, misteriosa, hasta un poco terrible en su expresión, y que sólo encuentra ligera luminosidad gracias al arpa seguido por un episodio plácido en los alientos. Lo que Holst desea reflejar a través de su Saturno es su visión de los distintos momentos de una vida: desde los inicios inciertos, las luchas de la madurez y finalmente la aparición de la sabiduría, y la serena aceptación de la imperfección humana y la mortalidad.

El planeta Urano tarda nada más 84 años terrestres en realizar una órbita alrededor del sol. Fue descubierto en 1781 por Sir William Herschel (1738-1822). Sus características son peculiares pues Urano tiene uno de sus polos viendo al Sol, por lo que el otro hemisferio del planeta se encuentra en total oscuridad; además, su rotación sobre sí mismo es mucho más vertiginosa que la de la Tierra. En lo astrológico, a Urano se le asocia con la genialidad, la creatividad, el rompimiento de lo establecido. Es por ello que en la música de Holst, Urano es El Mago.

Neptuno, el místico: regente de Piscis, tarda 165 años en dar una vuelta al Sol. Este planeta distante, casi imperceptible, se nos presenta en esta música que concluye la Suite Los planetas de Gustav Holst con sonidos que nos trasladan por la vastedad de las deidades que rigen nuestras voluntades. Y al final la música se va disolviendo lentamente, junto con unas voces que parecen flotar desde el infinito.

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

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MÚSICA

Versión: Orquesta Nacional Juvenil de Gran Bretaña. Voces femeninas del Coro de la Sinfónica de la Ciudad de Birmingham. Edward Gardner, director.