BLAS GALINDO (1910-1993)

Sones de mariachi

En el año 1994, el CENIDIM editó el interesante libro de Xochiquetzal Ruiz sobre la vida y la obra de Blas Galindo, de donde se extrae el siguiente comentario, delicioso y muy informativo, del propio autor de los Sones de mariachi con respecto a dicha obra, texto que –según se informa aquí- apareció en las notas al disco Mexico. Its cultural life in music and art, editado por Columbia en 1964:

“Se da el nombre de ‘mariachi’ a un conjunto musical que se encuentra en el centro del país, en una región formada por los estados de Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán. A menudo es fácil determinar la región de donde viene un conjunto dado, porque en los versos se hace mención de un lugar determinado… Por mucho tiempo se dijo que el mariachi era de Cocula por ser ese pueblo del estado de Jalisco de donde partieron los primeros grupos que llegaron a la capital del estado y de ese lugar a la Ciudad de México. Pero ahora sabemos que la música mariachi corresponde a toda una región.

“Según la creencia popular, el nombre de mariachi se deriva de mariage, boda. Durante la intervención francesa en México allá por los mil ochocientos sesenta, los mexicanos invitaban a los soldados franceses a las fiestas que hacían al Santo Patrón del pueblo, o para celebrar un bautizo, un cumpleaños, un matrimonio, etcétera. Los soldados franceses decían que iban a un mariage, y la gente del pueblo, sin comprender el significado de la palabra, creían que los soldados llamaban mariage a los músicos que tocaban en esas ocasiones. Desde entonces, los grupos musicales empezaron a ser llamados mariachi.

“Una gran parte de los asuntos a que se refieren las letras de los sones trata de animales, como en el caso del toro, el caballito, la culebra, el tejón, el tecolote, el coyote, el perro, el perico y otros más. Es costumbre que en las fiestas populares todos los concurrentes bailen al son de la música y en su danza sugieran o imiten los movimientos o actitudes de los animales a que la letra se refiere.

“El mariachi original estuvo integrado por violines primeros y segundos en número indeterminado, vihuelas, guitarras de golpe y un arpa. En la sierra michoacana los conjuntos no empleaban arpa y en su lugar tenían un guitarrón. En la actualidad este instrumento ha sido aceptado por la mayor parte de los mariacheros por ser más fácil de tocarse y por la mayor comodidad que presenta para transportarse; además, el conjunto instrumental ha sufrido algunas modificaciones ya que se le han agregado trompetas, en algunos casos cornetines, y algunos clarinetes.

“La música ejecutada por los mariachis se denomina ‘son’. La mayor parte de los sones mariachi se cantan al mismo tiempo que se tocan. El canto es a dos partes a un intervalo de tercera o sexta; la parte inferior se canta en falsete lo que hace sonar una octava arriba. La melodía es generalmente doblada por los violines. Periódicamente, el canto alterna con partes puramente instrumentales, verdaderos tutti en que todos los ejecutantes tocan con gran entusiasmo.

“Los sones son siempre alegres y en tono mayor; nunca tristes o de carácter introspectivo.

“Los sones mariachi (sic) aquí representados están basados en tres sones populares del estado de Jalisco: La negra, El zopilote y Los Cuatro Reales, en tono de sol mayor y compás de 6/8, desarrollados con cierta extensión aprovechando su carácter contrastado para integrar una forma ternaria. Unas variaciones finales sirven de coda. En la instrumentación de esta pieza, se han incluido la vihuela y el guitarrón como elementos de color local.”

Blas Galindo y Rodolfo Halffter

Por su parte, líneas debajo de este comentario de Galindo, Otto Mayer Serra indicó, por medio de otras notas discográficas:

Los Sones de Mariachi de Blas Galindo fueron escritos para pequeña orquesta para el programa de música mexicana que Carlos Chávez dirigió en Nueva York, en mayo de 1940, con motivo de la exposición ‘20 Siglos de Arte Mexicano’, que se celebró en el Museo de Arte Moderno. El propio compositor rescribió la partitura para gran orquesta y de esta forma se ha dado a conocer con enorme éxito en muchos países de América. (Aquí) el compositor ha plasmado la esencia misma de este atractivo arte folklórico con los recursos sinfónicos modernos.

Como lo señaló Mayer Serra, existe una versión para pequeña orquesta de lo que Galindo denominó en su momento (1941) como Sones mariachi, y que contemplaba la utilización de los instrumentos citados por él mismo en el comentario de líneas arriba. La versión para gran orquesta, como hoy la conocemos y que ha sido enormemente difundida en grabaciones y conciertos, ya conocida como Sones de mariachi, tuvo su primera presentación el 15 de agosto de 1941 con la Orquesta Sinfónica de México y la dirección de Carlos Chávez.

No queda más que señalar que Sones de mariachi de las Galindo constituye una de las piezas clave en el nacionalismo musical mexicano y en la idiosincrasia toda de la música mexicana. Pero, nuevamente, como ocurre en el caso de Moncayo y su hermoso Huapango, tal parece que Sones de mariachi es un manto inmenso y espeso que cubre prácticamente toda la producción de su autor. Si tantas veces se escucha esta obra en discos y conciertos, ¿dónde están La manda, La hija del Yori, El sueño y la presencia, sus Sinfonías y la Cantata a Juárez, entre otras?

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

Descarga disponible:

Blas Galindo: Sones de Mariachi

Versión: Orquesta Sinfónica de Xalapa. Luis Herrera de la Fuente, director.