ZOLTÁN KODÁLY (1882-1967)

Suite Háry János

  • Preludio: comienza el cuento de hadas
  • Reloj musical vienés
  • Canción
  • La batalla y derrota de Napoleón
  • Intermezzo
  • Entrada del Emperador y su corte.
image_gallery

Zoltán Kodály

Si a usted le gusta la literatura fantástica y el mundo cinematográfico, estará de acuerdo que en todas las historias siempre existe un antihéroe, aquel que está a las espaldas del protagonista y que muchas veces es más sobresaliente a los ojos del público; la mayoría de las ocasiones porque es como el “Pepe Grillo” del héroe (el caso de Samsagaz Gamyi cuidándole la vida –y bajándole el ego- a Frodo Bolsón en El señor de los anillos). Pero hay momentos en que el antihéroe es el personaje que se lleva las palmas simplemente por lograr un final feliz… sin siquiera proponérselo.

Esa figura tiene otro cariz en varios momentos. Los hay fanfarrones, astutos mitómanos, vagabundos, flojonazos, pero que a fin de cuentas son protagonistas colmados de alegría. Si hacemos un listado de estos personajes habría que poner en lugares privilegiados a Don Quijote de la Mancha y al Lazarillo de Tormes en España, Falstaff en Inglaterra, el Teniente Kijé en Rusia, Till Eulenspiegel en Alemania y (por qué no) los implacables Pito Pérez y Periquillo Sarniento en México. Uno más parece sacado de la ficción, pero fue real: Karl Friedrich Hyeronimus, barón de Münchhausen (1720-1797). Este último sirvió al ejército ruso en 1750 y libró un par de batallas, pero al concluir su carrera militar convirtió sus hazañas en verdaderas leyendas. Rudolf Erich Raspe (1737-1794) conoció al barón de marras y relató sus supuestas andanzas en un libro fantástico escrito en 1785, donde magnificó la mitomanía de Münchhausen al grado de causarle severos problemas en la milicia.

En la misma línea de Münchhausen existe otro personaje peculiar (también real) y del cual nos habla el compositor húngaro Zoltán Kodály:

“La figura de Háry János es la personificación de la narración fantástica de cuentos húngara. Háry no miente: él crea leyendas. Es un poeta: lo que él narra nunca ocurrió, pero lo ha vivido, por lo que es más realista que la realidad misma.

«Día tras día se sienta en la taberna y cuenta sus increíbles temores heroicos. Es un verdadero campesino, y sus invenciones grotescas son una mezcla conmovedora de realismo e ingenuidad, de comedia y de patetismo. De todos modos, no es sólo una suerte de barón húngaro Munchausen. En la superficie, puede parecer que no es más que un héroe de sillón, pero en esencia es un bardo, llevado por sus sueños y sentimientos. Sus historias son los frutos de su fantasía que crea para sí mismo y para otros en un hermoso mundo de sueños… Todos soñamos con lo grande y lo imposible. Pocos de nosotros dominamos, como Háry, el valor de pronunciar nuestros sueños.”

Antes de continuar, es necesario recordar que Zoltán Kodály –con tan sólo 23 años de edad- viajó de un lado a otro de su natal Hungría, entre grandes ciudades y las más recónditas poblaciones para escuchar, de viva voz, las melodías populares que estaban enraizadas en la vida diaria de sus habitantes y que pudieron haberse perdido por su carácter oral. Especialmente existió en Kodály ese interés por adentrarse a fondo en la música y las tradiciones de los pueblos europeos, sobre todo si tomamos en cuenta la diversidad de creencias, nacionalidades y culturas que en ese “pequeño” territorio del orbe siguen existiendo hasta la fecha. Poco después de esa hazaña, marchó a París donde entró en contacto con el universo de Claude Debussy (1862-1918). Así, de regreso a la patria, su alma estaba mezclada por el exacerbado sentimiento húngaro y el impresionismo debussysta. Y la combinación dio como resultado la composición de la ópera Háry János en 1926 sobre los relatos originales recabados por János Garay (1889-1945) -quien conoció personalmente a Háry János- con un libreto realizado por Béla Paulini (1881-1945) y Szolt Harsányi (1887-1943) y que se estrenó en el Teatro Real de Budapest el 16 de octubre del año de su composición.

hary-janos

El valiente y fanfarrón Háry János

La historia de la ópera nos muestra a Háry quien relata sus descomunales aventuras de cómo luchó para defender al Imperio Austro-húngaro, de cómo derrotó a los ejércitos napoleónicos (casi con una mano en la cintura) y –como premio- se le ofreció la mano en matrimonio de María Luisa ¡la esposa de Bonaparte! Pero declinó para contraer nupcias con su amor de la infancia.

Kodály extrajo una Suite orquestal de la ópera, que tuvo su primera audición mundial con la Orquesta Pau Casals dirigida por Antal Fleischer (1891-1945) en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona el 24 de marzo de 1927; y en América con la Sociedad Filarmónica de Nueva York y la batuta de Willem Mengelberg (1871-1951) el 15 de diciembre de 1927 en Carnegie Hall.

El compositor proporcionó el siguiente comentario que acompaña la audición de su Suite Háry János:

“Según una creencia popular húngara, si un relato es seguido por un estornudo de alguno de los oyentes, se considera como confirmación de la veracidad de cuanto se ha afirmado. La Suite Háry János comienza musicalmente con uno de esos estornudos. Uno de los fieles oyentes de Háry que estornuda a cada una de las fantásticas afirmaciones está a la altura de las circunstancias cuando Háry declara que una vez tuvo ocasión de vencer al propio Napoleón. El ‘cuento’ comienza con una sugestión del estornudo.

“II.- La escena se desarrolla en el Palacio Imperial de Viena, en donde el ingenioso campesino húngaro se asombra y extasía ante el famoso reloj musical, con sus soldaditos vestidos de elegantes uniformes, que aparecen a cada rotación de la maravillosa maquinaria.

“III.- Háry y su novia suspiran por la casa de su pueblo así como las tardes apacibles, saturadas de canciones de amor (se escucha una antigua melodía húngara).

“IV.- Háry, como general en jefe de sus húsares, hace frente al ejército francés. Saca a relucir su espada y los franceses comienzan a caer ante él como soldados de plomo. Primero dos, luego cuatro, ocho… diez, y así sucesivamente. Por último, ya no quedan soldados y Napoleón se ve forzado a pelear con el invencible Háry en persona. La fantasía de Háry representa a un Napoleón de acuerdo con su imaginación burda de campesino: inmenso y formidable que, temblando de pies a cabeza, se arrodilla ante su vencedor y le pide merced. La irónica marcha francesa de la victoria se transforma en un canto fúnebre.

“V.- Intermezzo: una muy viva sucesión de czárdás –danza popular húngara- sin especial significado (en cuanto a la situación anecdótica).

“VI.- Una marcha triunfal irónica, en la que Háry describe la entrada del emperador y su corte en Viena; pero no es la verdadera realeza austriaca, sino únicamente una versión campesina de cómo ve la imaginación de Háry la opulenta felicidad de la célebre aristocracia vienesa.”

Recuerde que si al escuchar la introducción de esta Suite usted estornuda, probablemente todas estas fantasías hayan sido realidad.

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

Descarga disponible:

MÚSICA

Versión: Philharmonia Hungarica. Antal Dorati, director.

ARCANGELO CORELLI (1653-1713)

Concerto grosso Op. 6 No. 8 en sol menor, «hecho para la noche de Navidad»

  • Vivace – Grave
  • Allegro
  • Adagio – Allegro – Adagio
  • Vivace
  • Allegro
  • Pastoral: Largo
arcangelo-corelli-4

Arcangelo Corelli

Con Arcangelo Corelli tenemos la consolidación de la orquesta como forma de expresión amplificada del sonido, siendo este italiano el creador o quien fomenta la forma musical conocida como Concerto grosso, auténtico duelo entre un grupo de solistas y la orquesta, antecedente del concierto para solista por un lado y la sinfonía por el otro. Después de Corelli, como todos bien sabemos diversos compositores hicieron florecer esta forma especialmente a través de los Conciertos de Brandenburgo de Bach y los Concerti grossi de Handel, por nombrar a los más destacados. El llamado Concierto de Navidad de Arcangelo Corelli pertenece a la colección de Concerti grossi del autor catalogados con el Op. 6 y que Corelli escribió en 1710. Este Concierto es el no. 8 del ciclo y está en la tonalidad de sol menor; éste es, definitivamente, el más tocado de todos (y quizá de toda la música de Corelli). Su título tan característico viene del nombre que imprimió el autor en la portada de la partitura: “compuesto para la noche de la navidad”. Según los entendidos, la única asociación con esa celebración en esta música radica en el movimiento final, con una sección de carácter pastoril, espiritual y profundamente religiosa en su sentimiento. Por cierto, dicha sección dio pie a otras músicas pastorales, como ocurre en el oratorio Mesías de Handel y en el Oratorio de Navidad de Bach, otro punto de encuentro entre estos autores y Corelli.

Aunque en la historia de la música nos referimos a Corelli como –quizá- el primer gran impulsor del Concerto grosso en si, el musicólogo David Ewen nos da otro punto de vista, que es bastante válido: “Con su Opus 6 (Corelli) se convirtió en el más exitoso compositor en la forma del concierto, (que era) una sonata da chiesa para un grupo, o varios grupos, de instrumentos. La palabra “concierto” tuvo sus orígenes con Ludovico Viadana (1564-1645) para motetes polifónicos con acompañamiento de órgano, que él denominó “concerti ecclesiastici”. Así como fueron añadiéndose instrumentos al órgano con el propósito de acompañarlo, estas composiciones comenzaron a llamarse concerti da chiesa. El género del concierto, aún así, no fue totalmente conocido hasta que el músico originario de Bologna Giuseppe Torelli (1658-1709) publicó una colección de Conciertos para instrumentos solistas y acompañamiento en 1686. Y no fue sino hasta los tiempos en que Corelli escribió su Opus 6 que el estilo y la estructura del concierto fue fundado finalmente de manera firme.” Así pues, comprendemos que el antecedente más directo de los Concerti grossi debe recaer más en Torelli que en su compatriota Arcangelo.

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

Descarga disponible:

MÚSICA

Versión: I Musici

HÉCTOR BERLIOZ (1803-1869)

Gran sinfonía fúnebre y triunfal, para gran armonía militar y coro Op. 15

  • Marcha fúnebre
  • Oración fúnebre
  • Apoteosis
1137px-Eugène_Delacroix_-_La_liberté_guidant_le_peuple

Eugène Delacroix: La libertad guiando al pueblo (1830).

Fue en 1830 que Francia vivió -además de en 1789- uno de los momentos políticos más complicados de su existencia. Durante tres días de julio de ese año se desarrolló una revuelta de los ciudadanos en contra de la monarquía reaccionaria de Carlos X. Como respuesta emocional a tal acto, Berlioz decidió orquestar lo que hoy conocemos como el Himno Nacional Francés: La Marsellesa. Una década más tarde se conmemorarían aquel acto heroico de los franceses con la inauguración de una columna en la Plaza de la Bastilla. Nuevamente, Berlioz estuvo en los ojos de los organizadores quienes le comisionaron una pieza que recordara a los caídos y exaltara el espíritu patriótico francés.

Según apuntó el autor en sus Memoirs: “He querido recordar primero los combates de los famosos tres días por medio de los acentos de duelo de una marcha fúnebre a la vez terrible y desolada que se ejecutaría durante el trayecto del cortejo; hacer oír enseguida una especie de oración fúnebre o de despedida dirigida a los  muertos ilustres, en el momento del descenso de sus cuerpos en la tumba monumental; y finalmente cantar un himno de gloria en apoteosis, cuando sellada ya la tumba el pueblo no tuviese ante si más que la alta columna coronada de la Libertad con las alas extendidas y lanzándose hacia el cielo como el alma de los que murieron por ella.”

Así fue que Berlioz concibió su Sinfonía fúnebre y triunfal, pensada inicialmente para un grupo de alientos, con cuerdas opcionales y coro. Sin embargo, como el compositor deseó que esta pieza fuera presentada en las salas de concierto posteriormente realizó una versión orquestal en la que la parte del coro también puede ser opcional. Importante es decir que en su versión original esta Sinfonía contaba con un nutrido grupo de percusiones que incluyó a un muy exótico instrumento pero que le daba color a la parte final: el pavillion chinois. El estilo que sigue Berlioz en los dos primeros movimientos de la obra son, como él mismo lo mencionó líneas arriba, de un gran duelo, primero con una Marcha fúnebre de carácter insistente y que va creciendo y desarrollándose inexorable hasta llegar al segundo movimiento, una Oración fúnebre que él pensó para el grupo entero acompañando a un plañidero trombón solista (material del que echó mano y que posteriormente descartó de su ópera Los jueces francos). El final, Apoteosis, es como un canto triunfal que parecería estar animado por el sol sobre la nueva columna de la Bastilla, refrendando el valor, la audacia y el sentimiento democrático de un pueblo que no ha cesado en más de doscientos años.

La Gran sinfonía fúnebre y triunfal de Berlioz fue escuchada por primera vez en la inauguración de la Columna de la Bastilla el 28 de julio de 1840 para conmemorar el décimo aniversario de la Revolución de julio.

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

Descarga disponible:

MÚSICA

Versión: The Wallace Collection. Dudley Bright, trombón solo. Leeds Festival Chorus. John Wallace, director.

WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791)

Ave verum corpus, K. 618

Réquiem en re menor, K. 626

“La definición de la belleza es fácil: es lo que nos desespera”

Paul Valéry

mozart

Retrato inconcluso de Mozart, realizado por Joseph Lange. (Mozart Museum. Salzburgo).

En julio de 1791, pocos meses antes de la muerte de Mozart, un personaje alto, delgado y vestido de gris, visitó al genio de Salzburgo con una carta anónima en la que se comisionaba a escribir un Réquiem. Había dos consignas en la carta: que Mozart concluyera la pieza en el menor tiempo posible y que, además, no le estaba permitido descubrir la identidad del personaje que lo comisionaba. Toda esta situación y la presencia del misterioso emisario causaron en el compositor una gran impresión. Al sufrir en ese momento de desórdenes físicos que tendrían un desenlace fatal y con la angustia mental que le provocaban sus deudas y frustraciones, Mozart se obsesionó de forma creciente al pensar que el oscuro mensajero no era otra cosa que un ser del más allá que lo instó a escribir su propio réquiem antes de que fuera demasiado tarde.

Aunque Mozart no vivió lo suficiente para averiguarlo, hoy día sabemos que el emisario era el conde Franz von Walsegg (1763-1827), un noble con la ambición de convertirse en compositor. Su historia personal señala que él acostumbraba pagar a los compositores para que le escribieran obras a un precio razonable y más tarde él mismo las firmaba como propias. Y así, el detonador para solicitarle a Mozart un réquiem fue para hacer un homenaje a la memoria de la esposa del conde que había fallecido poco tiempo antes.

Pero al no conocer estos detalles, el músico trabajó con intensidad y pasión en la que sería su partitura final. Su disminuido estado físico sólo le permitió concluir con doce de las quince secciones de su Réquiem. Así fue como le dio instrucciones precisas a su discípulo Franz Xaver Süssmayr (1766-1803) para poder terminar la partitura, indicaciones que fueron seguidas al pie de la letra.

Al momento en que Mozart cerrara sus ojos para siempre, el Réquiem estaba clavado profundamente en su corazón. La noche del 4 de diciembre de 1791 pidió a varios de sus amigos cercanos que lo acompañaran en su lecho de muerte para entonar juntos el “lacrimosa”. Pocas horas después Mozart dibujó su último aliento.

Por todas estas razones, el Réquiem es una de las partituras más personales de Mozart. En ella, él se sumerge en las profundidades de su atribulado espíritu y repentinamente se alza en un exaltado estado espiritual que difícilmente puede escucharse en cualquiera de sus otras piezas religiosas.

mozart-bed

El lecho de muerte de Mozart. Cuadro realizado c. 1860 por Henry O’Neil.

Tanto el Ave verum corpus K. 618 como su Réquiem son las últimas partituras de Mozart en el género coral. La primera de ellas (un “simple” motete fúnebre) fue escrita a petición de su amigo Anton Stoll, director coral de la ciudad de Baden para tocarse en las celebraciones del Corpus Christi.

En esta música encontramos a Mozart en el máximo momento de sus poderes creativos, pero que también está a unos cuantos meses de dibujar su último aliento. El Ave verum corpus revela la alta sofisticación mozartiana en su concepto armónico. Como en el Réquiem, este hombre demostró en esta breve pieza su intenso y muy personal sentimiento religioso. Ya no es el Mozart niño que debe componer para sobresalir: es el hombre que se acerca al umbral de la vida mirando hacia atrás, observando todo lo que legó al mundo y que nunca imaginó cómo y por qué sería idolatrado al paso de los años.

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

Descarga disponible:

MÚSICA

Versiones:

Ave verum corpus: Coro y Orquesta Sinfónica de Londres. Sir Colin Davis, director.

Réquiem: Margaret Price, soprano; Trudeliese Schmidt, mezzosoprano; Francisco Araiza, tenor; Theo Adam, bajo. Coro de la Radio de Leipzig. Orquesta Staatskapelle Dresden. Peter Schreier, director. 


AVE VERUM CORPUS

Ave verum corpus, natum                                Salve, Verdadero Cuerpo nacido

De Maria Virgine,                                               de la Virgen María,

Vere passum, immolatum                                 verdaderamente atormentado, sacrificado

In cruce pro homine,                                          en la cruz por la humanidad,

Cujus latus perforatum                                       de cuyo costado perforado

Unda fluxit et sanguine,                                      fluyó agua y sangre;

Esto nobis praegustatum                                     Sé para nosotros un anticipo

In mortis examine.                                               en el trance de la muerte.


RÉQUIEM

INTROITO

Requiem aeternam dona eis,                                Dales el descanso eterno,

Domine, et lux perpetua luceat eis.                     Señor, y brille la luz perpetua para ellos.

Te decet hymnus, Deus, in Sion,                           Un himno, oh Dios, te entonamos en Sión,

Et tibi reddetur votum in Jerusalem.                   Y en Jerusalén para ti cumplimos votos.

Exaudi orationem meam,                                       Escucha mi oración,

Ad te omnis caro veniet.                                         Tú, hacia quien toda carne se encamina.

Requiem aeternam dona eis,                                 Dales el descanso eterno,

Domine, et lux perpetua luceat eis.                      Señor, y brille la luz perpetua para ellos.

 

KYRIE

Kyrie eleison                                                              Señor, ten piedad de nosotros

Christe eleison                                                           Cristo, ten piedad de nosotros

Kyrie eleison                                                              Señor, ten piedad de nosotros

 

SEQUENTIA

DIES IRAE

Dies irae, diez illa                                                     Día de la ira, aquel día

Solvet saeclum in favilla.                           Cuando el mundo se consumirá hasta las cenizas.

Teste David cum Sibylla.                                        Declararon David y la Sibila.

Quantus tremor est futurus,                                 Cuánto terror sobrevendrá,

Quando judex est venturus,                                 Cuando llegue el juez,

Cuncta stricte discussurus!                                   A enjuiciar todas las cosas rigurosamente.

 

TUBA MIRUM

Tuba mirum spargens sonum                     La trompeta, esparciendo un asombroso sonido

Per sepulcra regionum,                                        Por las regiones sepulcrales,

Coget omnes ante thronum.                                 Convocará a todos ante el trono.

Mors stupebit et natura,                                   Quedarán atónitas la Naturaleza y la muerte,

Cum resurget creatura,                                         Cuando resuciten las criaturas,

Judicanti responsura.                                            Para comparecer en el juicio.

Liber scriptus proferetur.                                     Se traerá un libro del escribano.

In quo totum continentur,                                    Que contiene todas las cosas,

Unde Mundus judicetur.                                      Por lo que el mundo será juzgado.

Judex ergo cum sedebit                                       Y entonces, cuando el juez se seinte

Quidquid latet apparebit:                                     Todo lo que estuviere oculto, aparecerá:

Nil inultum remanebit.                                        Nada quedará impune.

Quid sum miser tunc dicturus?          ¿Qué, miserable de mí, podré decir en ese momento?

Quem patronum rogaturus.                                 ¿A cuál defensor podré invocar

Cum vix justus sit securus?                                  Si aún el justo difícilmente estará seguro?

 

REX TREMENDÆ

Rex tremendæ majestatis,                                    Rey de imponente majestad,

Qui salvandos salvas gratis,                              Pero que salvas con la salvación de la gracia,

Salva me, fons pietatis.                                        Sálvame, oh fuente de la piedad.

 

RECORDARE

Recordare, Jesu pie,                                            Recuerda, Jesús misericordioso,

Quod sum causa tuæ viæ:                                 Que soy la causa de tu travesía:

Ne me perdas illa die.                                         No me pierdas, no, aquel día.

Quærens me, sedisti lassus:                               Me buscaste, rendido de cansancio:

Redimisti Crucem passus:                                   Y me redimiste por la pasión de la cruz:

Tantus labor nonsit cassus.                                Que tan gran sufrimiento no sea en vano.

Juste judex ultionis,                                              Justo juez del castigo.

Donum fac remissionis                                        Dame la gracia del perdón:

Ante diem rationis.                                               El día en que dé cuenta de mis faltas.

Ingemisco, tamquam reus:                                  Gimo como delincuente:

Culpa rubet vultus meus:                                     El pecado enrojece mi rostro:

Supplicanti parce, Deus.                                       Perdona, oh Dios, el suplicante.

Qui Mariam absolvisti,                                         Absolviste a María,

Et latronem exaudisti,                                           Y al ladrón escuchaste.

Mihi quoque spem dedisti.                                   A mi dame también esperanza.

Preces meæ non sunt dignæ:                               Son indignas mis plegarias:

Sed tu bonus fac benigne,                                  Pero compadécete de mí, oh Misericordioso,

Ne perenni cremer igne.                                       Que no me consuma el fuego eterno.

Inter oves locum præsta,                                       Concédeme un lugar entre las ovejas,

Et ab hædis me sequestra,                                     sepárame de los cabritos,

Statuens in parte dextra.                                       Colócame a tu lado derecho.

 

CONFUTATIS

Confutatis maledictis,                                            Refutados los malditos,

Flammis acribus addictis:                                     Asignados ya al inclemente fuego:

Voca me cum benedictis.                                      Nómbrame entre los benditos.

Oro supplex et acclinis,                                         Elevo mi oración suplicante y humillado,

Cor contritum quasi cinis:                                    Con el corazón contrito cual cenizas:

Gere curam mei finis.                                            Oh sálvame de mi muerte.

 

LACRYMOSA

Lacrymosa diez illa,                                             Día lloroso será aquel,

Qua resurget es favilla                                        Cuando el hombre culpable

Judicandus homo eus.                                         Del polvo resucite para ser juzgado.

Huic ergo parce, Deus:                                       Te suplico por él, oh Dios:

Pie Jesu Domine,                                                  Oh señor, Jesús Misericordioso,

Dona eis réquiem, Amen.                                   Dale el descanso, Amén.

 

OFFERTORIUM

DOMINE JESU

Domine Jesu Christe, Rex Gloriæ,                         Señor Jesucristo, Rey de gloria,

Libera animas                                                           libra a las almas

omnium fidelium defunctorum                            de todos los fieles difuntos

De poenis inferni                                                     de las penas del infierno

Et de profundo lacu:                                                y del profundo abismo:

Libera eas de ore leonis,                                         líbralas de las fauces del león,

ne absorbeat eas Tartarus,                                   que no los devore el abismo,

ne cadant in obscurum.                                       Que no caigan en las tinieblas.

Sed signifer sanctus Michael                                 Que San Miguel

Præsentet eas in lucem sanctam.                           Los lleve a la Santa Luz.

Quam olim Abrahæ promisisti et semini ejus.          Promesa de Abrahán y su progenie.

 

HOSTIAS

Hostias et preces tibi, Domine                              Plegarias y ofrendas, Señor,

Laudis offerimus;                                                   entre alabanzas te ofrecen;

Tu suscipe pro animabus illis quarum               recíbelas por las almas de aquellos que

Hodie memoriam facimus;                                   hoy recordamos;

Fac eas, Domine,                                                     Hazlos pasar, Señor,

De morte transire ad vitam.                                 Desde la muerte a la vida.

Quam olim Abrahæ promisisti et semini ejus.          Promesa de Abrahán y su progenie.

 

SANCTUS

Sanctus, sanctus, sanctus,                                   Santo, santo, santo,

Dominus Deus Sabaoth                                       Señor Dios de los ejércitos.

Pleni sunct coeli et terra                                     Llenos están los cielos y la Tierra

Gloria tua.                                                              De vuestra gloria.

Hosanna in excelsis.                                           Gloria en las alturas.

Benedictus qui venit in nomine Domini.        Bendito el que viene en nombre del Señor.

Hosanna in excelsis                                             Gloria en las alturas.

 

BENEDICTUS

Benedictus qui venit in nomine Domini.         Bendito el que viene en nombre del Señor.

Hosanna in excelsis.                                            Gloria en las alturas.

 

AGNUS DEI

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi                    Cordero de Dios, que quitas el pecado

Dona eis requiem.                                                  Dales el descanso.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi                   Cordero de Dios, que quitas el pecado

Dona eis requiem sempiternam.                         Dales el descanso eterno.

 

COMMUNIO

LUX ÆTERNA

Lux æterna luceat eis, Domine:                             Que la luz eterna brille para ellos, Señor:

Cum sanctis tuis in æternum:                               junto a tus Santos, por la eternidad:

Quia pius es.                                                              Porque eres misericordioso.

Requiem in æternam dona eis, Domine,             Dales el descanso eterno, Señor,

Et lux perpetua luceat eis,                                      y que la luz perpetua brille para ellos.

Quia pius es.                                                              Porque eres misericordioso.

Cum sanctis tuis in æternum:                               junto a tus Santos, por la eternidad:

Quia pius es.                                                             Porque eres misericordioso.