Ave verum corpus, K. 618
Réquiem en re menor, K. 626
“La definición de la belleza es fácil: es lo que nos desespera”
Paul Valéry
Retrato inconcluso de Mozart, realizado por Joseph Lange. (Mozart Museum. Salzburgo).
En julio de 1791, pocos meses antes de la muerte de Mozart, un personaje alto, delgado y vestido de gris, visitó al genio de Salzburgo con una carta anónima en la que se comisionaba a escribir un Réquiem. Había dos consignas en la carta: que Mozart concluyera la pieza en el menor tiempo posible y que, además, no le estaba permitido descubrir la identidad del personaje que lo comisionaba. Toda esta situación y la presencia del misterioso emisario causaron en el compositor una gran impresión. Al sufrir en ese momento de desórdenes físicos que tendrían un desenlace fatal y con la angustia mental que le provocaban sus deudas y frustraciones, Mozart se obsesionó de forma creciente al pensar que el oscuro mensajero no era otra cosa que un ser del más allá que lo instó a escribir su propio réquiem antes de que fuera demasiado tarde.
Aunque Mozart no vivió lo suficiente para averiguarlo, hoy día sabemos que el emisario era el conde Franz von Walsegg (1763-1827), un noble con la ambición de convertirse en compositor. Su historia personal señala que él acostumbraba pagar a los compositores para que le escribieran obras a un precio razonable y más tarde él mismo las firmaba como propias. Y así, el detonador para solicitarle a Mozart un réquiem fue para hacer un homenaje a la memoria de la esposa del conde que había fallecido poco tiempo antes.
Pero al no conocer estos detalles, el músico trabajó con intensidad y pasión en la que sería su partitura final. Su disminuido estado físico sólo le permitió concluir con doce de las quince secciones de su Réquiem. Así fue como le dio instrucciones precisas a su discípulo Franz Xaver Süssmayr (1766-1803) para poder terminar la partitura, indicaciones que fueron seguidas al pie de la letra.
Al momento en que Mozart cerrara sus ojos para siempre, el Réquiem estaba clavado profundamente en su corazón. La noche del 4 de diciembre de 1791 pidió a varios de sus amigos cercanos que lo acompañaran en su lecho de muerte para entonar juntos el “lacrimosa”. Pocas horas después Mozart dibujó su último aliento.
Por todas estas razones, el Réquiem es una de las partituras más personales de Mozart. En ella, él se sumerge en las profundidades de su atribulado espíritu y repentinamente se alza en un exaltado estado espiritual que difícilmente puede escucharse en cualquiera de sus otras piezas religiosas.
El lecho de muerte de Mozart. Cuadro realizado c. 1860 por Henry O’Neil.
Tanto el Ave verum corpus K. 618 como su Réquiem son las últimas partituras de Mozart en el género coral. La primera de ellas (un “simple” motete fúnebre) fue escrita a petición de su amigo Anton Stoll, director coral de la ciudad de Baden para tocarse en las celebraciones del Corpus Christi.
En esta música encontramos a Mozart en el máximo momento de sus poderes creativos, pero que también está a unos cuantos meses de dibujar su último aliento. El Ave verum corpus revela la alta sofisticación mozartiana en su concepto armónico. Como en el Réquiem, este hombre demostró en esta breve pieza su intenso y muy personal sentimiento religioso. Ya no es el Mozart niño que debe componer para sobresalir: es el hombre que se acerca al umbral de la vida mirando hacia atrás, observando todo lo que legó al mundo y que nunca imaginó cómo y por qué sería idolatrado al paso de los años.
JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ
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MÚSICA
Versiones:
Ave verum corpus: Coro y Orquesta Sinfónica de Londres. Sir Colin Davis, director.
Réquiem: Margaret Price, soprano; Trudeliese Schmidt, mezzosoprano; Francisco Araiza, tenor; Theo Adam, bajo. Coro de la Radio de Leipzig. Orquesta Staatskapelle Dresden. Peter Schreier, director.
AVE VERUM CORPUS
Ave verum corpus, natum Salve, Verdadero Cuerpo nacido
De Maria Virgine, de la Virgen María,
Vere passum, immolatum verdaderamente atormentado, sacrificado
In cruce pro homine, en la cruz por la humanidad,
Cujus latus perforatum de cuyo costado perforado
Unda fluxit et sanguine, fluyó agua y sangre;
Esto nobis praegustatum Sé para nosotros un anticipo
In mortis examine. en el trance de la muerte.
RÉQUIEM
INTROITO
Requiem aeternam dona eis, Dales el descanso eterno,
Domine, et lux perpetua luceat eis. Señor, y brille la luz perpetua para ellos.
Te decet hymnus, Deus, in Sion, Un himno, oh Dios, te entonamos en Sión,
Et tibi reddetur votum in Jerusalem. Y en Jerusalén para ti cumplimos votos.
Exaudi orationem meam, Escucha mi oración,
Ad te omnis caro veniet. Tú, hacia quien toda carne se encamina.
Requiem aeternam dona eis, Dales el descanso eterno,
Domine, et lux perpetua luceat eis. Señor, y brille la luz perpetua para ellos.
KYRIE
Kyrie eleison Señor, ten piedad de nosotros
Christe eleison Cristo, ten piedad de nosotros
Kyrie eleison Señor, ten piedad de nosotros
SEQUENTIA
DIES IRAE
Dies irae, diez illa Día de la ira, aquel día
Solvet saeclum in favilla. Cuando el mundo se consumirá hasta las cenizas.
Teste David cum Sibylla. Declararon David y la Sibila.
Quantus tremor est futurus, Cuánto terror sobrevendrá,
Quando judex est venturus, Cuando llegue el juez,
Cuncta stricte discussurus! A enjuiciar todas las cosas rigurosamente.
TUBA MIRUM
Tuba mirum spargens sonum La trompeta, esparciendo un asombroso sonido
Per sepulcra regionum, Por las regiones sepulcrales,
Coget omnes ante thronum. Convocará a todos ante el trono.
Mors stupebit et natura, Quedarán atónitas la Naturaleza y la muerte,
Cum resurget creatura, Cuando resuciten las criaturas,
Judicanti responsura. Para comparecer en el juicio.
Liber scriptus proferetur. Se traerá un libro del escribano.
In quo totum continentur, Que contiene todas las cosas,
Unde Mundus judicetur. Por lo que el mundo será juzgado.
Judex ergo cum sedebit Y entonces, cuando el juez se seinte
Quidquid latet apparebit: Todo lo que estuviere oculto, aparecerá:
Nil inultum remanebit. Nada quedará impune.
Quid sum miser tunc dicturus? ¿Qué, miserable de mí, podré decir en ese momento?
Quem patronum rogaturus. ¿A cuál defensor podré invocar
Cum vix justus sit securus? Si aún el justo difícilmente estará seguro?
REX TREMENDÆ
Rex tremendæ majestatis, Rey de imponente majestad,
Qui salvandos salvas gratis, Pero que salvas con la salvación de la gracia,
Salva me, fons pietatis. Sálvame, oh fuente de la piedad.
RECORDARE
Recordare, Jesu pie, Recuerda, Jesús misericordioso,
Quod sum causa tuæ viæ: Que soy la causa de tu travesía:
Ne me perdas illa die. No me pierdas, no, aquel día.
Quærens me, sedisti lassus: Me buscaste, rendido de cansancio:
Redimisti Crucem passus: Y me redimiste por la pasión de la cruz:
Tantus labor nonsit cassus. Que tan gran sufrimiento no sea en vano.
Juste judex ultionis, Justo juez del castigo.
Donum fac remissionis Dame la gracia del perdón:
Ante diem rationis. El día en que dé cuenta de mis faltas.
Ingemisco, tamquam reus: Gimo como delincuente:
Culpa rubet vultus meus: El pecado enrojece mi rostro:
Supplicanti parce, Deus. Perdona, oh Dios, el suplicante.
Qui Mariam absolvisti, Absolviste a María,
Et latronem exaudisti, Y al ladrón escuchaste.
Mihi quoque spem dedisti. A mi dame también esperanza.
Preces meæ non sunt dignæ: Son indignas mis plegarias:
Sed tu bonus fac benigne, Pero compadécete de mí, oh Misericordioso,
Ne perenni cremer igne. Que no me consuma el fuego eterno.
Inter oves locum præsta, Concédeme un lugar entre las ovejas,
Et ab hædis me sequestra, sepárame de los cabritos,
Statuens in parte dextra. Colócame a tu lado derecho.
CONFUTATIS
Confutatis maledictis, Refutados los malditos,
Flammis acribus addictis: Asignados ya al inclemente fuego:
Voca me cum benedictis. Nómbrame entre los benditos.
Oro supplex et acclinis, Elevo mi oración suplicante y humillado,
Cor contritum quasi cinis: Con el corazón contrito cual cenizas:
Gere curam mei finis. Oh sálvame de mi muerte.
LACRYMOSA
Lacrymosa diez illa, Día lloroso será aquel,
Qua resurget es favilla Cuando el hombre culpable
Judicandus homo eus. Del polvo resucite para ser juzgado.
Huic ergo parce, Deus: Te suplico por él, oh Dios:
Pie Jesu Domine, Oh señor, Jesús Misericordioso,
Dona eis réquiem, Amen. Dale el descanso, Amén.
OFFERTORIUM
DOMINE JESU
Domine Jesu Christe, Rex Gloriæ, Señor Jesucristo, Rey de gloria,
Libera animas libra a las almas
omnium fidelium defunctorum de todos los fieles difuntos
De poenis inferni de las penas del infierno
Et de profundo lacu: y del profundo abismo:
Libera eas de ore leonis, líbralas de las fauces del león,
ne absorbeat eas Tartarus, que no los devore el abismo,
ne cadant in obscurum. Que no caigan en las tinieblas.
Sed signifer sanctus Michael Que San Miguel
Præsentet eas in lucem sanctam. Los lleve a la Santa Luz.
Quam olim Abrahæ promisisti et semini ejus. Promesa de Abrahán y su progenie.
HOSTIAS
Hostias et preces tibi, Domine Plegarias y ofrendas, Señor,
Laudis offerimus; entre alabanzas te ofrecen;
Tu suscipe pro animabus illis quarum recíbelas por las almas de aquellos que
Hodie memoriam facimus; hoy recordamos;
Fac eas, Domine, Hazlos pasar, Señor,
De morte transire ad vitam. Desde la muerte a la vida.
Quam olim Abrahæ promisisti et semini ejus. Promesa de Abrahán y su progenie.
SANCTUS
Sanctus, sanctus, sanctus, Santo, santo, santo,
Dominus Deus Sabaoth Señor Dios de los ejércitos.
Pleni sunct coeli et terra Llenos están los cielos y la Tierra
Gloria tua. De vuestra gloria.
Hosanna in excelsis. Gloria en las alturas.
Benedictus qui venit in nomine Domini. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna in excelsis Gloria en las alturas.
BENEDICTUS
Benedictus qui venit in nomine Domini. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna in excelsis. Gloria en las alturas.
AGNUS DEI
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi Cordero de Dios, que quitas el pecado
Dona eis requiem. Dales el descanso.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi Cordero de Dios, que quitas el pecado
Dona eis requiem sempiternam. Dales el descanso eterno.
COMMUNIO
LUX ÆTERNA
Lux æterna luceat eis, Domine: Que la luz eterna brille para ellos, Señor:
Cum sanctis tuis in æternum: junto a tus Santos, por la eternidad:
Quia pius es. Porque eres misericordioso.
Requiem in æternam dona eis, Domine, Dales el descanso eterno, Señor,
Et lux perpetua luceat eis, y que la luz perpetua brille para ellos.
Quia pius es. Porque eres misericordioso.
Cum sanctis tuis in æternum: junto a tus Santos, por la eternidad:
Quia pius es. Porque eres misericordioso.