RODOLFO HALFFTER (1900-1987)

Concierto para violín y orquesta en la mayor, Op. 11

  • Recitativo. Tranquillo (liberamente). Allegro
  • Andante cantabile
  • Allegro vivace

El violinista Samuel Dushkin y Halffter en México

El Concierto para violín de Halffter posee una historia digna de comentario. La anécdota es comentada por Michael Greet Field: “ (…) comenzó en París en 1937, en una de las visitas que hizo Halffter a la capital francesa durante la Guerra Civil Española. Una dama parisina presentó a Halffter al violinista norteamericano Samuel Dushkin, para quien Igor Stravinsky escribió en 1931 el Concierto en re para violín. Halffter y Dushkin se hicieron buenos amigos en 1939; cuando el compositor español viajaba hacia México, Dushkin le envió un radiograma al barco invitándolo a que compusiera un Concierto. Halffter terminó la obra en 1940 y en enero de 1942 fue ejecutada por Dushkin con la Orquesta Sinfónica de México bajo la dirección de Carlos Chávez. Todo la aplaudieron con entusiasmo… excepto una persona: el compositor, quien no estaba satisfecho. Así, retiró el Concierto y en el asilo de su estudio lo modificó.”

Lo interesante de toda esta historia es que, en el momento en que Halffter estaba por iniciar una nueva vida, de manera forzada, fue que apareció la invitación de Dushkin y esto le cambió el horizonte que, al momento de salir de España a causa de la Guerra Civil, el escribir un Concierto para violín fue un aliciente bastante fuerte para que no perdiera esperanzas. Se dice que al llegar a su nuevo hogar, México (y que lo fue hasta el final de su vida), la situación económica de Halffter era precaria, y aunque tuvo que pasar por terribles vicisitudes, el hecho de escribir una nueva obra por encargo, descubrir el nuevo entorno artístico en el que trabajaría por poco más de cuarenta años y, finalmente, el estreno en México de su ballet Don Lindo de Almería, vino a darle la fuerza que todo creador (y todo humano) necesita para seguir adelante. De tal suerte, Halffter creó un Concierto verdaderamente imaginativo, que confronta al solista con dificultades técnicas de un virtuosismo muy a la manera de Stravinsky y hasta Alban Berg. El violinista y director León Spierer realizó un profundo análisis de este Concierto en el libro que Xochiquetzal Ruiz dedicó a Halffter, y del cual se extracta lo siguiente: “El (primer) movimiento es rico en ingeniosos recursos técnicos que crean problemas peculiares, necesarios al autor para expresar sus polícromas ideas creativas, cuyos colores y caracteres cambian muy a menudo, usando la mayoría de las posibilidades mecánicas del violín, tanto en golpes de arco como en instituciones de carácter digital: spicatto, legato, arpegios, escalas, apoyaturas, cuerdas dobles (etc.). El segundo movimiento (andante cantabile) principia con una bella cantilena sobre la cuarta cuerda que luego varía en diversas formas… para concluir en un corto y bello epílogo. En el último movimiento, allegro vivace, (…) Halffter demuestra de nuevo su profundo conocimiento de las posibilidades técnicas y sonoras del violín. La coda… es uno de los pasajes verdaderamente interesantes de la literatura violinistica.”

Halffter en el jardín de su casa en la ciudad de México

Obertura festiva Op. 21

Xochiquetzal Ruiz Ortiz en su libro dedicado a este compositor (CENIDIM, 1990), señala: “(Halffter) integró el Grupo de los 8 o Grupo de Madrid de la Generación Musical del 27 (coincidente con la Generación poética del 27) movimiento innovador en el que la música buscaba liberarse de servir de vehículo para la expresión subjetiva. Nació así el concepto de arte puro. La obra de arte debía poseer la fuerza suficiente para actuar independientemente de su creador, aunque este último nunca desapareciera como unidad con su obra. En conformidad con estas ideas, la concisión de la escritura musical, la depuración de todo aquello que sólo adornara los temas, e incluso un cierto distanciamiento de grandes formas, serán pautas permanentes en la obra de Rodolfo Halffter.”

Halffter mismo relata ahora: “(…) Con carácter de refugiado político, llegué a México, con mi mujer y mi hijo, en mayo de 1939 y en octubre de ese mismo año -prodigios de la actividad burocrática-, ya era ciudadano mexicano.”

“Mi primera actividad musical en México fue mi presentación como director de orquesta (octubre de 1939)… en el Palacio de Bellas Artes… Desgraciadamente, por culpa del solista que, nervioso, se perdió en varias ocasiones, mi aludida presentación constituyó un fracaso.”

Y él mismo determinó, en su discurso de ingreso a la Academia de Artes de México en octubre de 1969, lo siguiente: “La noche para mi memorable, del martes 9 de enero de 1940, Don Lindo de Almería… bajó de su cielo andaluz al escenario del Teatro Fábregas, de la ciudad de México. Y en esa noche, por consiguiente, se inicia mi incorporación a la vida musical mexicana.”

Con su preciada colección de timbres postales

Él dice en sus Apuntes biográficos: “A pesar de que he compuesto en México la parte sustancial de mi obra, de que, desde mi llegada a este país en 1939 hasta la hora presente, he mantenido, y mantengo, estrechas relaciones de amistad con las figuras principales de la vida musical mexicana y de que -lo admiro sin reservas- la influencia que ha ejercido sobre mi ánimo el ambiente de mi patria de adopción ha sido muy grande, me he abstenido de realizar cualquier intento de ‘mexicanizar’ mi lenguaje musical. Al componer, por decirlo de una manera metafórica, sigo pronunciando la letra ‘c’. Así, creo yo, es fácil seguir la línea recta de evolución que puede ser trazada entre mis primeras obras de sabor castellano… y mi Tripartita (1959), representativa de mi nueva manera ‘serial’ de componer, que Otto (Mayer Serra) ha calificado de dodecafonía ‘luminosa y mediterránea’.”

Mucho de ese sentimiento que el propio Halffter ha definido en su lenguaje musical esta definitivamente presente en su jovial y muy fresca Obertura festiva Op. 21, y lo refrenda José Antonio Alcaraz: “En su breve concisión la Obertura festiva disfruta de muy buena salud. Traza las melodías con fluidez y su acentuación chispeante utiliza como cauce frases con inflexiones nítidas así como refinada sencillez. Halffter se comporta con ánimo dieciochoesco, simultáneo al desparpajo propiciado por la prosperidad de la posguerra durante el inicio de los años 50, durante el siglo XX. Miniatura digna de consideración por más de una causa. Entre otras cosas: su factura ágil, ánimo sonriente y artesanado impecable.”

La Obertura festiva de Halffter fue estrenada el 25 de mayo de 1953 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en la ciudad de México, con la Orquesta de Cámara de Bellas Artes dirigida por Luis Herrera de la Fuente quien, además de haber sido alumno de Halffter, recibió la dedicatoria de esta partitura.

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

Descargas disponibles:

– Concierto para violín y orquesta. Henryk Szeryng, violín. Royal Philharmonic Orchestra. Enrique Bátiz, director.

Rodolfo Halffter: Concierto para violín

– Obertura festiva. Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. Fernando Lozano, director.

Rodolfo Halffter: Obertura festiva

7 Comments

  1. Qué tal?
    Estoy haciendo mi tésis acerca del Maestro Víctor Urbán, tengo una cita con él dentro de 1 mes para poder platicar un poco, pero me gustaría tener más detalles que seguramente él dentro de su sencillez no me dará.
    Les agradezco y felicidades por este Blog.

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  2. Me gustaría saber de donde fueron tomadas las imágenes, ya que la Universidad Autónoma de Zacatecas está editando un libro titulado «Escritos en torno a la música mexicana» y quisiera agregar una imagen de las que se encuentran en este artículo y poder darle el crédito adecuado, así como el permiso de ustedes para tomarla de este blog.

    Gracias.

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