Suite (Obertura) orquestal No. 1, en do mayor, BWV. 1066
- Obertura
- Courante
- Gavotas 1 y 2
- Forlane
- Minuetos 1 y 2
- Bourrées 1 y 2
- Passepieds 1 y 2
Es bien sabido que Johann Sebastian Bach ejerció una enorme influencia musical en diversas ciudades alemanas donde se solicitaron sus servicios. Igualmente se conoce que muchas de esas localidades contaban con extraordinarios conjuntos orquestales que estuvieron bajo las órdenes de tan célebre compositor. Sin embargo, la producción de música puramente instrumental de Bach no está en relación directa ni con su trabajo con aquellos grupos y mucho menos con otros “rubros” de su catálogo (como las Cantatas y sus obras para órgano).
Si bien Bach escribió varios Conciertos para diversos instrumentos con acompañamiento, las únicas partituras que pueden considerarse como “orquestales” están restringidas a sus seis Conciertos de Brandenburgo y las cuatro Suites.
Este último grupo también puede ser referido como Oberturas, lo cual crea definitivamente confusiones. Se dice que Bach las escribió pensando en el nombre Obertura (aunque cada una de estas cuatro partituras inicia con su consabida obertura a la francesa -como se acostumbraba desde tiempos de Jean-Baptiste Lully-). Pero también en aquellos tiempos era socorrida la composición de colecciones de piezas usualmente de carácter danzable (courante, forlane, passepied, bourrée, etc.) y que se agrupaban bajo el nombre genérico Suite. En el caso de las Suites de Bach, tal parece que así fueron tituladas hacia el siglo XIX, después de la exhumación de la mayoría de las obras de este autor. Aún así, queda claro que la intención de Bach con estas partituras es doble, y tanto las nomenclaturas de Obertura y Suite encuentran sentido y se amalgaman en una forma musical extraordinaria.
Las fechas y lugares de composición de las cuatro Suites son inciertas, aunque existen ahora las suficientes evidencias para pensar que -en las palabras de Albert Schweitzer- “las dos primeras corresponden al período de Cöthen y las dos últimas parecen haber sido escritas en Leipzig, cuando Bach dirigía la sociedad Telemann”. Efectivamente, el período de composición de las Suites 1 y 2 corre de 1717 a 1723, cuando el músico era director de música de la Corte del Príncipe Leopoldo.
En términos generales, la estructura que Bach dio a sus Suites está formada, después de la consabida Obertura a la francesa como primer movimiento, por una secuencia de movimientos dancísticos, todos ellos ornamentados a la manera barroca. Sin embargo, la instrumentación de las cuatro partituras -que siempre incluye el grupo habitual de cuerdas- se transforma de maneras distintas: en la Primera se indica la actuación de un clavecín, así como dos oboes y fagotes; en la Segunda existe una flauta solista; la No. 3 resulta suntuosa al incluir dos oboes, tres trompetas, y timbales; y la última solicita un total de tres oboes, un fagot, tres trompetas y timbales.
La Primera de las Suites cuenta con danzas que Bach no repitió en sus otras partituras del ciclo: la Courante, el Passepied y la Forlane. Ésta última merece especial comentario, ya que es de origen italiano (Forlana) y no francés como la gran mayoría de las danzas tratadas por Bach. Se dice que la Forlane “era bailada por la gente de Friuli, por dos o cuatro personas en números pares de hombres y mujeres que giran y giran saltando y moviendo los pies, sacudiéndolos con rapidez y ligereza maravillosas y que se acercan estando uno frente a la otra deteniéndose en el mismo sentido que los lleva el movimiento concertado y tomándose a veces en brazos y juntando sus cabezas como si quisieran hacer un lazo”.
A manera de conclusión sobre lo que son las Suites de Bach, me gustaría compartir un divino comentario del desaparecido violinista Lord Yehudi Menuhin, quien escribió lo siguiente: “Se me ha pedido que escriba unas cuantas palabras acerca de las cuatro Suites orquestales de Bach. Hubiera preferido que este examen se refiriera a la comida, porque en todo caso lo que se espera de un cocinero es que exclusivamente produzca una serie de platillos, y no palabras, puesto que las únicas palabras aceptables en boca de un cocinero son las que constituyen una receta …Por lo que toca a mi receta, la analogía culinaria más cercana es como sigue:
‘Tómese un gran pavo, rellenelo con un ganso. Rellene el ganso con un pato, rellene el pato con una gallinita de guinea, rellene la gallinita de guinea con una perdiz, la perdiz con un pichón, el pichón con una becada y la becada con un gorrión; rellene el gorrión con una aceituna. Cocínelo todo durante un equis número de horas; entonces tire a la basura el pavo, el ganso, el pato y la gallinita de guinea así como la perdiz y el pichón con la becada y el gorrión.
Sirva la aceituna.
Espero que el público se de cuenta cuan preciosa es la aceituna. Esta aceituna, que como el pez de la parábola, debe alimentar a una multitud sin cuento.
…La verdadera prueba para el festín, ultimadamente fue cuando teníamos ganas, o no, de bailar. Algunas veces nos vimos transportados a bailes de máscaras en Venecia…Otras, como en Versalles, donde bailamos un buen rato -minuetos, gavotas, etc- invitamos un grupo de campesinos para que danzaran una bourrée al estilo antiguo. En total estuvimos muy poco en Alemania y en la pompa y ceremonia de los fragmentos iniciales…’ ”.
JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ
Descarga disponible:
Johann Sebastian Bach: Suite orquestal No. 1 en do mayor BWV 1066
Versión: Orquesta Barroca de Friburgo